miércoles, 14 de abril de 2010

LOS NÓMADAS Y LAS FISURAS...


¿Cómo nos configura el deseo? ¿El sexo o el amor? ¿Qué hay de real en todo y qué nos inventamos nosotros solos? por supuesto existirán esos procesos químicos que hacen que nos atraigan más unas personas que otras... pero ¿qué viene después? nuestro intento de gustar, de agradar a toda costa, de sentirnos deseables para darnos un precio. El amor, el sexo, el deseo, nos configuran como objetos puestos en un mercado. Esperamos para que alguien nos compre, esperamos ser objetos deseables a los ojos hambrientos de los demás. Nos esforzamos y nos empeñamos en modelarnos como seres gustables y muchas veces amamos porque sentimos que nos admiran. Porque esperamos que eso ocurra durante nuestra vida, porque sentimos como un fracaso no llegar a esa meta, defraudar, no hacer lo que se espera que hagamos. Queremos tender un hilo transparente de deseo como el que tiende un puente. Nos pensamos puntos aislados y dispersos en el espacio, independientes, con nuestras vidas individuales pero en realidad formamos redes.

Esta sociedad no admite otras formas de relacionarnos con los otros. Todo, tan cerrado, tan mecánico, tan progresivo. Como un pasillo con flechas a seguir. No podemos salirnos de él; si lo hacemos, corremos riesgo de no retorno. No podemos, pero ¿querríamos? Lo reproducimos inevitablemente a la hora de hablar, de juzgar, de sonreír.

Yo, Silabaria, objeto consumible, con una carga de mayor o menor deseo, me configuro como tal; me visto y me defino para que alguien sepa cosas sobre mí. Soy un objeto a adquirir con falda y tacón. Aunque no lo piense o no lo quiera; como el regalo al que le pones un bello envoltorio y un gran lazo encima. Objeto gustable.

Somos seres relacionales. Y no tenemos sitio. No hay un lugar al que volver para sentirnos propios. No existimos fuera de ninguna parte y si no es en nuestro cuerpo. Más como mujeres. Construyéndonos, reconstruendonos, semiocultas, justificando acciones, negando deseos, preparadas para ser madres-esposas-mujeres sin cuestionar el nomadismo, ancladas a la nada.


"Nómadas somos todos, porque para bien o para mal hemos perdido el sitio. O mejor, nuestro lugar o bien es inmaterial como las ondas que recibimos por la radio o la televisión o la informática, o bien es mítico (como cualquier nacionalismo) o bien es sencillamente el silencio, es decir, el no-lugar del lenguaje y la escritura" (J. C. Rodríguez)


Pero a veces aparecen las fisuras. Destellos de lucidez que muestran nuestro simulacro individual, nuestra estrategia... porque a veces esperamos una diminuta revolución o un sueño en forma de persona, de amor imperfecto que describa un itinerario, en forma de huida, de mudanza, de caderas a las que aferrarse... porque los deseos tienen carta de realidad y son sensaciones parecidas al frío. Ahí aparece la grieta. Cuando todo toma la claridad suficiente para sacarte del automatismo de los días iguales, del maleficio de las líneas rectas. Cuando te miras al espejo o una mano te roza y la imagen que te devuelve o la respuesta de tu piel a la caricia te muestran la construcción de ti mismo que estás haciendo. En el rictus de tus labios, en el brillo de tus ojos, en el desorden de tu pelo, en la sublevación de la sangre que late por debajo.


Sólo queda un lugar. El no-lugar de la escritura. Mi no-lugar. El papel en blanco como único lugar en el que me reconozco porque aquí me invento. Porque a la vez que escribo en él me escribo a mí.

6 comentarios:

  1. El deseo es como el apetito. Hablas de mercado y de objetos deseables, esto parece Wall Street. ¿Pero qué es lo qué está bien?
    http://www.youtube.com/watch?v=WD4abb1v1Cs
    El deseo también es anhelo, siempre anhelo. ¿Admiración? ¿Tú crees que el personal, en primera persona del singular, busca admiración? Eso son palabras mayores, ¿no? ¿Hay qué hacer algo por los demás? Yo creo que no, que lo que hacemos es para nosotros y por nosotros, somos ombligo y lo que venga, vendrá. Y si hay otra forma de relacionarse: la sinceridad. Y lo que pasa es que a la gente la choca la sinceridad, decir lo que realmente piensas. Y si se molestan, que se molesten, joder. Y no hay que justificar lo que se hace. Faltaría más. Tu hablas de destellos, Christina de momentos
    http://www.youtube.com/watch?v=oDXfKmSHScQ
    pero la lucidez, taciturna o no, es imprescindible.
    Buena reflexión, por algo dicen que los miércoles son el día de la reflexión. Bye!!!

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  2. Buscamos admiración porque somos ombligo... Y por supuesto, una vez vistas las fisuras... sinceridad, coherencia, honestidad... la que podamos, al menos. Pero llevas razón, a la gente no le gusta. Seguiremos planeando atrocidades...

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  3. El papel más hermoso en el que se puede escribir es en la piel de una persona querida.

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  4. A ti es imposible conocerte y no admirarte...te lo digo yo que lo sé pues llevo 28 años viendo cómo te mira la gente. Porque durante toda tu vida siempre estuve yo para ver que sólo tú eres esa pequeña revolución y por supuesto el sueño.
    Me encanta lo que has escrito en esta y en todas las entradas. Siempre supimos que el día en que lo hicieras sería un placer leerte, siempre, cada día.

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  5. Muchas gracias. Me alegran vuestras visitas y comentarios. Muchos besos.

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