lunes, 5 de abril de 2010

BÁSTEME DECIR...

"Básteme decir que quisiera dimitir de su amor".
Belén Gopegui.


"Entretanto le pido que me recuerde a veces. No a lo largo del día. No cuando toma café, llama por teléfono o trabaja, o mira una película. No a lo largo del día sino en las rendijas de las ventanas y las puertas que no cierran bien quiero que me recuerde. Por donde pasa un viento desapacible y usted lo advierte, y no hay nadie a su lado, y entonces usted siente el deseo de dar esquinazo a las cosas. De soltar lastre e irse, como si se pudiera."
Belén Gopegui.

Entonces pienso, no sé si para consolarme o porque tengo la certeza, que este amor basado en simulacros no habría sido sino un breve paréntesis en mi vida de perdida. Un venirme al lado de acá del mundo con el que más tarde me habría sentido traicionada por mí misma, mis principios tambaleándose y mis noches vacías ya de literatura y magia. A pesar de que hoy me gustaría dimitir de su amor, cesarme en el cargo de pensadora a tiempo completo de su textura suave y mullida, de su carne no perfecta y su sabor recién hecho. Entonces pienso que mi vida es así porque esta serie de imágenes que no asumí, ahora incluso me rechazan cuando quiero amoldarme a ellas, ahora que lo intenté, por una vez en la vida. Con mis veintisiete años de no haber vivido nada. No sé si habría sobrevivido a los días claros.
Ya no sé si los sueños que me quedan son los que puedo tener. Ni siquiera sé quién está en ellos.

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