lunes, 19 de abril de 2010

INVENTARIO DE NUEVOS PROPÓSITOS

Si escribo hoy tal vez me salga todo color azul grisáceo. Todo oscuro y mojado, con cierto sabor amargo. Si hago caso a José Hierro estas últimas horas del día de hoy deberían de llevarme a la alegría. No sé si las cosas van a marchar bien; no sé si tan siquiera marchan; ni siquiera sé si hay cosas. Ahora que la eternidad se acaba.
Elegiremos otro abismo. Saltaremos a otros mundos. Nos suicidaremos por amor. Seguiremos nuestras reglas y no las de los otros.
Asesinaremos al alba cuando llegue para continuar la noche.
Haremos una diminuta revolución envueltos en sábanas y almohadas. Beberemos nuestras lágrimas, morderemos las mañanas de los días. Sangraremos. Y caeremos. Quizá muramos. Pero tendremos la certeza de sentir. Y la promesa de una última batalla.

Déjame que te arañe con mis dedos la espalda
como rasga la pluma este papel en blanco,
hiriendo la pureza, desatando la tinta
escribiendo reflejos de vida con cuchillos.
Déjame destapar la caja de Pandora
(era diciembre, el frío, el corazón, la bruma)
llegará la tristeza, a dónde la hermosura...

8 comentarios:

  1. Entre el negro y el blanco, siempre hay grises, aunque teñidos de azul están mejor; mucho mejor. De Hierro sólo me acuerdo de sus zapatillas y de su bombona de oxígeno. Sentir, que difícil, a veces. Pero así es la enfermedad de la vida, ¿no?
    http://www.youtube.com/watch?v=a4XSJxAEO2s
    Disfruta de abril.
    Ciao!!!

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  2. "El amor es tan grande, tan sincero y sentido,
    que un día de lluvia Matilde
    acabó por tirarse en el río..." Seguramente ocurrió en diciembre, en el mes de los corazones rotos, del frío y la ausencia sin esperanza. Pero queda la Caja de Pandora y la esperanza es lo último que se pierde. Bella arma para afrontar la promesa de una última batalla. Porque hay cosas siempre estarán ahí, aunque no exista lo eterno ni lo infinito, aunque nos desangremos y murarmos... aunque venga la muerte con su rostro de martes fríos, de espacios... de versos...

    Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
    esta muerte que nos acompaña
    desde el alba a la noche, insomne,
    sorda, como un viejo remordimiento
    o un absurdo defecto. Tus ojos
    serán una palabra inútil,
    un grito callado, un silencio.
    Así los ves cada mañana
    cuando sola te inclinas
    ante el espejo. Oh, amada esperanza,
    aquel día sabremos, también,
    que eres la vida y eres la nada.

    Para todos tiene la muerte una mirada.
    Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
    Será como dejar un vicio,
    como ver en el espejo
    asomar un rostro muerto,
    como escuchar un labio ya cerrado.
    Mudos, descenderemos al abismo.

    (Cesare Pavese)

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  3. Por qué hablar de muerte si se puede hablar de vida?de esa vida que te hace reir cada mañana,que hace que escojas un vestido,te alises el pelo y salgas a la calle pletórica de alegría,de amor y de palabras para compartir.Los días grises son demasiados y pesan en los sentido.Es por ello por lo que debemos aferrarnos a esbozos de sonrisas que vuelan en el aire,a salir y gozar con cada una de las manifestaciones que la misma vida nos da.Y son tantas...o tan pocas!que hay que aprovecharlas.

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  4. Cuando menos te lo esperes la vida te besará en la boca( en esa boquita de piñón)

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  5. Hay muchas eternidades. Nunca tienen final. Creemos que la tienen y estamos tremendamente equivocados. Solamente existe la eternidad que vuelve a comenzar cuando la anterior se ha acabado.La batalla está ganada.

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  6. Son muchas batallas.Cada día que amanece comienza una.Dispuestos a batallar.

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  7. El inicio es una constante de la vida. Nacemos sabiendo, de ante mano, que somos cadáver. Sin embargo, cada día que vemos perder el vigor al sol sobre los edificios o enmelar el damero de una persiana sobre las taciturnas paredes, son las más ignoradas conquistas.


    Llegar a casa y encontrar lo mismo de siempre: la puerta que te espera, el sillón que te aguarda, una negra gata, un solitario olor a vacio y, en el espejo, las pupilas de unos vacilantes ojos que acechan con descaro a tu mirada. La cama que te añora y desea, que te acaricia el pelo cada noche y que besa tus carnes con sus labios de franela. ¿No es amor lo que a tu alrededor encuentras? No es un erial más que una oportunidad para cosechar grandes y gigantes verdades.


    Ahora, ¿No hay nada por lo que luchar? Cada batalla puede tener un final diferente, sólo depende de cómo y en qué bando deseemos luchar. Si quieres desistir y te sientes cansada e insegura, no seré yo el efebo que porte tus desdichas. Si quieres luchar, a sangre y cuchillo, desgarrando al día desde el primer hasta el último segundo, alzaré tu estandarte de amor y lucha y marcharé con tus hordas de furtivos deseos entre yelmos y corazas de esperanza.


    ¿Luchamos?

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  8. Luchamos. Siempre. Mil besos, Galie... Silabaria se acuerda mucho de ti...

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