lunes, 17 de mayo de 2010

Leer El Capital

Hipócrita lector, hermano, camarada,
hoy me atrevo a contar tus años y los míos:
mira tanta ceniza
como una herencia gris entre las manos,
mira sangre o asombro tu corazón y el mío tiritando
sobre el extraño hedor de las palabras muertas.

Aventada la vida -sus pavesas-,
es urgente romper hacia otro norte
aun llevando en los pasos
la certeza diaria de la muerte.

¿Acaso en tu costado no latía,
no era la misma cicatriz en todos?
¿Por qué la soledad, cómo la muerte,
sino muérdago en flor de tanto expolio?

Hoy parece imposible aquella historia,
imposible y brutal tanto mar a los lejos,
rosetta de los muros descifrados,
los raíles brillants bajo el puente y miguel,
la ciudad adentrada en el estrago
y yo desnudo aquí y en público sangrando
como si nunca nada me hubiera sucedido.

Hoy sólo sé que existo y amanece.

Javier Egea.

1 comentario:

  1. Ceniza, muerte, cicatriz, soledad. Palabras repetidas hasta la saciedad y que siempre salen a relucir en ese mismo amanecer diario. La derrota era esperada, pero todo se olvida. O tal vez no.
    http://www.youtube.com/watch?v=c2GFGsFdURU
    Chaíto!!!

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