domingo, 4 de julio de 2010

"El mundo es tan bonito, y yo tengo tanta pena de morir."

Vi a José Saramago en Jerez, hace ya algunos años, en una sala llena de gente, en un curso organizado por la Fundación Caballero Bonald, si la memoria no me falla, cosa que es bastante probable. Entonces me trajo el recuerdo de las tortugas, inteligente, callado y discreto.

Por aquel entonces yo tendría 19 ó 20 años y me había acercado a su obra y a su pensamiento a través de Todos los nombres, primero, obra que me fascinó, y Ensayo sobre la ceguera, después. Más tarde leí otros libros que no lograron borrar aquella sensación que me dejaron los primeros, la lucidez de repente.
Este narrador de la globalidad se comprometió consigo mismo y con sus creencias en la defensa de la memoria de los perdedores, y pienso, con Muñoz Molina, que habría asistido con cierto asombro y pudor a todos los actos celebrados por su muerte, llenos de políticos, grandes personalidades, etc. Quizá le resultó fácil abrazarse a ese compromiso desde una posición privilegiada como la suya, pero quizá llegara a esa posición por eso mismo, por sus riesgos, por su toma de partido, por su inconformismo continuo.
A través de sus páginas, Saramago construyó metáforas certeras sobre la convivencia de los hombres en la sociedad en que habitamos y construimos, y dejó de ver, siempre, que existe una ventana de esperanza abierta a paisajes de entendimiento, de tolerancia y de amanecer, aún en las situaciones más adversas. Que hay un mañana que puede resultar menos hostil en el que el futuro de los hombres y mujeres pueda construirse de otra forma, más igualitaria, más justa, habiendo asumido y aprendido nuestra propia historia.
Porque hay otras formas de mirar que no son las de siempre.

5 comentarios:

  1. Hay más motivos para alegrarnos de la existencia de Saramago que motivos de lamento por su pérdida.
    Hombre y escritor honesto, coherente, humilde, comprometido y cómplice de los menos dijo que las palabras no eran patrimonio de nadie sino voz común. Nunca renunció a su posición ideológica, la afianzó,marcó su obra y lo consiguió demostrándonos que no es misión imposible.
    Nunca una obra com "Ensayo sobre la ceguera" me ha producido una agitación y desazón tan fuerte, contundente y angustiosa porque sus novelas son "poesía en expansión"...Cierto.
    Algún crítico ha dicho estos días que "él habría desfilado al revés", yo creo que nunca habría desfilado.
    También dijo el propio Saramago que, preparado para irse, no temía porque se disolvería en la nada...
    ...Y se equivocó. Está en nuestras conciencias.

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  2. Los hombres?los reyes del universo.Mujeres,no os quepa la menor duda.Es y será así aún por mucho tiempo.

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  3. Españaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

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  4. Leí hace tiempo Ensayo sobre la ceguera y la verdad es que me gustó.El final es predecible pero está bien para reflexionar sobre el comportamiento humano. La película no me atreví a verla. Saludos!

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  5. Duna, estoy muy de acuerdo con tu reflexión... de las personas queda lo que permanece en las mentes de quienes los leímos... y Eme, la película no es el libro, pierde mucho en detalles, pero no está mal. Es interesante verla, al menos para comparar.
    Besossss!!!

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